Un espumoso patagónico entre los 10 mejores del mundo en el concurso Effervescents du Monde

H. Schroeder Extra Brut se consagró la semana pasada entre 548 vinos de 21 países.




Lo lanzaron a fines de 2017 y ya está entre los 10 mejores. Así de meteórica resulta la carrera de ascenso de H. Schroerder Extra Brut, el flamante espumoso de bodega Familia Schroeder que alcanzó la cima en Effervescents du Monde, el concurso especializado en burbujas del mundo que tiene lugar cada año en Francia.

Elaborado en partes iguales con chardonnay y pinot noir de San Patricio del Chañar, el espumoso reposó entre 8 y 10 meses sobre lías según el método Charmat Lungo, y luego pasó otro tanto en botella en las cavas de la bodega, según el modelo de elaboración trazado por Leonardo Puppato, enólogo responsable. Fue lanzado a fines de octubre de 2017 a un precio de 450 pesos.

Además, entre los mejores vinos del mundo, según el concurso, hay siete espumosos franceses, dos de ellos champagnes y el resto cremant. Del concurso participaron 548 muestras de 21 países, entre los que estaban serios competidores de Argentina y otros jugadores menos frecuentes, como España e Italia entre los primeros, Inglaterra, Suiza y Austria entre los segundos. Con todo, la medalla de oro para H. Schroeder Extra Brut no es un hecho aislado. La calidad de burbujas que se elaboran en Argentina está a la altura de las mejores del mundo.

Escuelas & master wine

En febrero de este año visitarán nuestro país 45 master wine, es decir, un grupo de los más selectos paladares y conocedores de vino, invitados por Wines of Argentina. Además de visitar bodegas en Mendoza y Salta, tomarán una serie de seminarios sobre vinos argentinos y uno será de burbujas. ¿La razón? Los vinos sobresalientes que ofrece nuestro país.

Entre las responsables de seleccionar las botellas para la gira están la master wine sueca Madeleine Stenwrethy y la argentina Paz Levinson, cuarta mejor sommelier del mundo. Ellas destacaron el impactante desempeño de los espumosos locales en las catas de preselección, tanto para nature, como para brut nature y extra brut. Algo que el flamante galardón para el vino de Familia Schroeder viene a refrendar.

Sucede que en nuestro país hay una larga escuela de burbujas que reconoce distintas tradiciones. Mientras que a fines del siglo XIX ya se elaboraban los primeros espumosos en la antigua bodega Trapiche y Toso continuaba esa larga efervescencia durante el siglo XX, fue la llegada de Chandon en 1959 la que inauguró una tradición francesa sólida. Al cabo, hacia la década de 1980, la casa Deutz formó al equipo de Navarro Correas en la materia y se sentaron las bases para la formación de grandes burbujas.

El asunto es que todas esas bodegas hicieron escuela. Y los enólogos que trabajaron en cada una de ellas luego siguieron su curso en el desarrollo de mejores burbujas y conocimiento de mejores terroirs. A tal punto que hoy hay una nueva generación de productores que, empleando nueva tecnología, le sacan mejor partido a la cancha. ¿Ejemplos? El propio Uppato se formó en Chandon. Discípulo de la experiencia de Deutz es Alejandro Martínez al frente de Rosell Boher, mientras que Celia López continúa el trabajo de Navarro Correas. Pero no todo se trata de escuelas.

Inversión sostenida

En 2005 el sector vitivinícola se comprometió a invertir en tecnología a cambio de no pagar un impuesto interno a las bebidas suntuosas, un debate que desde entonces lo pone todos los años en la picota. Más allá de esta situación tributaria, la industria del vino invirtió en el desarrollo de espumoso 1300 millones de pesos desde esa fecha. Una inversión que tiene un correlato real en materia de calidad.

En 2005 adhirieron 81 establecimientos al proyecto, mientras que 2014 cerró con 128 bodegas productoras. Y el círculo es virtuoso. Las botellas dan cada vez mejor cuenta de este fenómeno de inversión, con un negocio floreciente. Así, el reconocimiento para H. Schroeder Extra Brut hecha luz sobre todo el sector de las burbujas.

¿Cómo es el producto?

La línea está formada por tres espumosos: brut nature, extra brut y brut rosé. Los tres se elaboran con cortes de chardonnay y pinot noir, aunque en proporciones variables. Mientras que el extra brut se llevó medalla de oro y estuvo en el top 10 del concurso, los otros dos obtuvieron medalla de plata. Fueron los únicos vinos argentinos en participar de Effervescents du Monde, concurso que tiene lugar en Borgoña, Francia, todos los años.

Fuente: La Mañana de Neuquén

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