Implantar viñedos ya no resulta un polo de atracción tan grande como en los últimos tres años. El boom por comprar tierras e implantar uvas de alta calidad se ha detenido y parece encontrarse en una meseta. Los viveristas más importantes de la provincia sostienen que no han caído sus ventas, pero admiten que las principales ventas son para reconversión de viñedos ya existentes. Mientras que el sector inmobiliario admite tener poca demanda de propiedades rurales.
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