Con nuevos socios, el músico Gustavo Santaolalla relanza su proyecto vitivinícola

La Voz del Interior

El vino continúa atrayendo el interés de artistas o figuras públicas, que deciden instalar su propia bodega o, simplemente, contar con un vino propio, en asociación con algún enólogo o empresa.
El caso local más conocido es el del músico Gustavo Santaolalla, ganador de dos Oscar por las bandas sonoras de Babel y Secreto en la Montaña, que tiene su bodega Cielo y Tierra en Lunlunta, Luján de Cuyo, Mendoza, y varios exponentes varietales de su etiqueta Don Juan Nahuel.
Durante su estadía en Mendoza para dar el concierto “Desandando el Camino”, el músico también presentará su nuevo “ensamble” de varietales Callejón de las Brujas de la bodega Cielo y Tierra. Se trata de un corte de Petit Verdot, Malbec y Cabernet Sauvignon. El nombre alude al nombre del pasaje que hay para llegar a finca La Luna, en Lunlunta
“Hace tiempo tenemos un proyecto que se llama Cielo y Tierra en Argentina, y exportamos los vinos a Estados Unidos. Es una bodega y finca en Lunlunta, Mendoza. Hacemos malbec, con el que hemos ganado medallas de oro. Y un buen vino te tiene que contar una historia, de dónde viene, cómo fue hecho, te tiene que decir algo. Y te tiene que dejar algo”, contó Santaolalla, ayer, en una entrevista por Radio Nihuil.
El enólogo de la bodega es Juan Carlos Chavero con quien Santaolalla ha elaborado toda su línea de vinos Don Juan Nahuel, Celador y Don Juan Nahuel Reserva.
En el plano empresario, Santaolalla contó además que tiene nuevos socios en Cielo y Tierra y que están ampliando la línea de vinos.
Se trata de la empresa Licores Argentinos, creada en 1974, que ya está exportando los vinos de Santaolalla a Estados Unidos. La firma se dedica a la distribución de una amplia gama de productos espirituosos y bebidas alcohólicas elaborados con ingredientes exclusivamente seleccionados. Hoy, con una trayectoria de más de 35 años y el conocimiento adquirido hacen que Licores Argentinos esté consolidada como una sólida empresa nacional orientada a la producción, distribución y venta de bebidas alcohólicas.
El multipremiado músico argentino, que también ha recibido 1 Grammys y un Globo de Oro, entre otros galardones, adelantó a la prensa que desde su residencia en los Estados Unidos, donde vive desde hace treinta años, “obviamente vamos a tratar de que Hollywood tome más vino argentino”.
“El sueño del viñedo propio lo forjé junto con mi mujer, la fotógrafa Alejandra Palacios, mi gran compañera de ruta. Hoy disfruto mucho del vino. Me fascina compartir una buena botella con amigos o en familia”, contó el artista, quien también ha incursionado en la producción de grapa y de cerveza artesanal.
Sobre el por qué del nombre para sus dos primeros vinos, Santaolalla, quien en 2008 fue nombrado embajador del vino argentino por la asociación Wines of Argentina, dijo que Juan Nahuel lo eligió por su hijo, y Celador viene de una canción de Orozco Barrientos, Celador de Sueños.
Finca La Luna tiene 21 hectáreas y una casa de más de 100 años, con paredes de adobe y sin baño adentro. “Ese lugar lo reciclamos y lo conservamos muy acorde al lugar. Se le hizo baño, family room, una cava, sin tocar la estructura original”, contó Santaolalla.
El proyecto comenzó en 2005, cuando Gustavo Santaolalla, junto a su esposa Alejandra Palacios, compraron la finca que bautizaron La Luna, nombre de su hija. Desde el comienzo, Gustavo convocó como socio del emprendimiento a su querido amigo y colega Raúl Orozco.
Finca La Luna está ubicada en Lunlunta, Luján de Cuyo (Mendoza). De esta zona privilegiada para el cultivo de la vid, especialmente de la cepa Malbec, surgieron las uvas para la elaboración de sus propias líneas de vino. La finca tiene un total de 22 hectáreas, de las cuales 10 están plantadas con viñedos en su mayoría de Malbec, también Cabernet Sauvignon y un poco de Petit Verdot.
El nombre del vino Don Juan Nahuel fue inspirado en el del hijo de Gustavo y Alejandra. Celador hace referencia a la canción “Celador de Sueños”, del dúo Orozco Barrientos que integra Raúl. Fue gracias a esta canción que Raúl Orozco conoció a Gustavo Santaolalla y comenzaron a lograr sus primeros éxitos juntos.
Según Gustavo Santaolalla: “Cada uno de los proyectos creativos que realicé en mi vida se ha inspirado en tres conceptos: la identidad, la visión y la búsqueda de la excelencia. Esta trilogía está plasmada con pasión en estos vinos”.
Fuente: EcoCuyo

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