Misioneros no escatiman a la hora de elegir un buen vino




A nivel mundial Argentina es reconocida como uno de los países hacedores de vino de calidad. A nivel nacional se busca posicionarla como bebida nacional. En este contexto, la provincia de Misiones es vista por las grandes bodegas como un mercado cada vez más conocedor y sofisticado.

Es que de acuerdo a expertos de distintas bodegas mendocinas, que presentaron sus nuevas etiquetas durante la 8º Degustación Anual de Todo Frío que tuvo lugar el pasado 26 de octubre en Posadas, en Misiones se repite esta tendencia de tomar vino en menor cantidad, pero de mayor valor.

La provincia se destaca además por las fronteras con Paraguay y Brasil, países en los cuales también buscan la calidad de las bodegas argentinas, por lo cual argumentan los expertos el mercado en esta parte del país “es muy amplio”.

Cabe mencionar que en el país se lleva adelante un plan de promoción para posicionar al vino como bebida nacional. Como parte de esta movida, el Ministerio de Agroindustria de la Nación junto a la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) impulsan distintas acciones que permitan instalar al producto desde lo cultural y productivo. 

La norma legal que da origen a este plan surge de las gestiones de la COVIAR y el Gobierno de Mendoza, acompañadas por el resto de las provincias vitivinícolas: Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Neuquén, Río Negro y Chubut.

El plan de promoción contempla acciones de comunicación, difusión turística, gastronómica y cultural, actividades en conjunto con otros alimentos icónicos argentinos como la yerba y la carne y un evento especial programado para el 24 de noviembre por la celebración del Día del Vino Bebida Nacional. 

Las acciones serán realizadas en conjunto con organismos nacionales, provinciales y la Corporación Vitivinícola.

Mayor calidad

Desde el sector vitivinícola plantearon que el principal desafío de los viñedos es innovar para captar al nuevo público, con distintas alternativas, mediante la aplicación de nuevas tecnologías que le otorgan un valor agregado a estos productos.

Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el país registra un consumo per cápita de 24 litros de vino por año, esta cifra sufrió una baja importante considerando que en 1974 el consumo de vino per cápita era de 77 litros.

La Argentina es el séptimo país consumidor de vino del mundo, con más de 1.000 millones de litros por año. También se encuentra entre los 10 principales países en cuanto a producción de vino. Y ocupa la séptima posición a nivel mundial en lo que hace a superficie implantada de vid, con más de 225 mil hectáreas.

En consecuencia, bodegueros definen distintas estrategias a la hora de instaurar sus marcas en el mercado tanto interno como externo.

“Hay un nicho de mercado que antes era muy chico y que ahora se está ampliando cada vez más. Se van buscando vinos con identidad que hablen del lugar donde se produce”, expresó Ariel Angelini enólogo del proyecto Casa Petrini, un nuevo desarrollo ubicado en Tupungato (Mendoza) sobre la ruta provincial 89, conocida como la famosa ruta del vino.

El enólogo comentó que esta variedad de vinos tiene dos particularidades: una es que hace cinco meses que está en el mercado; y la segunda es que el terruar (lugar donde se encuentran las viñas) está plantado al lado de un río, característica que permite generar un producto bien arraigado al suelo en donde se produce.

“Tenemos una diversidad de suelo muy importante y eso se ve reflejado en estos nuevos productos. Nuestra estrategia es ofrecer vinos con identidad, que hablan del lugar del que provienen”, explicó el enólogo. 

Y remarcó que “la idea es que al tomar el vino este te remita automáticamente al lugar de producción de dónde se cosecha esa uva”.

“Lo que se busca es ese paralelismo e ir más allá de compartir un buen vino. Queremos que los consumidores sepan qué se está tomando,  de dónde viene, que conozca a la familia que está detrás del proyecto o del enólogo, y la verdad que se genera un feedback muy hermoso. El mercado pide por estos tipos de vino”, apreció el enólogo.

Con respecto a las ventas en Misiones y el NEA, Angelini manifestó que a pesar de que todavía están aprendiendo a llegar a los consumidores de esta región, “el producto fue muy bien aceptado”.

 “No hacemos vinos de volúmenes o de fábrica, hacemos partidas limitadas de terruares específicos y eso ha replicado mucho en el público. En este poco tiempo que estamos vendiendo, el mercado nos ha respondido más que bien. Ya estamos en gran parte del país, e incluso estamos haciendo gestiones para importar a Brasil, Perú y Estados Unidos”, reveló Angelini.

Consideró que “el mundo del vino nunca deja de ser un desafío” por lo que sostuvo que “los productores tienen que estar alineados”.

“Es muy importante generar marcas, instaurarlas en el mercado y posicionarlas. Es un camino que hay que recorrer, tratando que cada vez se tome más vino, rescatando estos pequeños terruares y poniendo en valor no solamente el vino, sino también el lugar y las personas que están detrás de ese proyecto”, sentenció Angelini.

A su vez el gerente Regional Norte de Bodegas Zuccardi, Diego Fillippi, afirmó que el consumo en Misiones es muy bueno y que “hay mucho conocimiento e interés por el vino”. 

“Siempre nos llama la atención el nivel de conocimiento que hay en las catas y el nivel de interés de los consumidores. En los últimos años hemos visto un crecimiento en el consumo de calidad y en la búsqueda de vinos de alta gama, en detrimento de los vinos de menor precio”, confirmó Fillippi.

Comentó que la estructura comercial de la bodega que representa es muy simple y reveló que el secreto para mantenerse en el mercado es “la innovación”. 

“Hoy creo que terminamos una etapa, que fue la de llegar al consumidor con el vino, y hoy estamos trabajando para que conozcan todas las innovaciones que hay en las bodegas. Nosotros somos muy innovadores, durante años sacamos muchos productos nuevos lo que nos hace estar en contacto permanentemente con el consumidor y creo que es esa la clave del éxito”, opinó.

Señaló que la producción de uva viene de dos años muy complicados, ya que hubo cosechas muy bajas debido a las inclemencias del tiempo, situación que repercutió en la reposición de los precios.

“Hemos visto en el mercado interno una variación de precio importante. En el mercado externo los bajos rindes se tradujeron quizás en una reducción en los volúmenes, por ende lo que se está buscando en Argentina es aumentar los niveles de calidad”. 

“Nuestro país es visto como un hacedor de buenos vinos y esto tiene que ver con la gran cantidad de oferta y nuevos emprendedores que vienen creciendo cada vez más. Esto se refleja actualmente en la cantidad de bodegas y etiquetas muy novedosas que hay a la venta, y que el consumidor tiene para probar”, admitió.

Ampliar el paladar

La sofisticación del consumidor de vino ha contribuido a que no escatime en precios a la hora de elegir una buena cosecha ya que cada vez se consume más el producto en los rangos de precios más altos, pero en menos ocasiones. 

Esto se refleja en las estadísticas ya que en 2005 se consumían 134 millones de litros de vino en damajuana, mientras que en 2014 esa cifra descendió hasta 40 millones de litros.

“Hubo un cambio evidente en el consumo. En materia de ventas notamos que año a año hay un repunte de vinos de mayor calidad. Si bien se toman menos litros, la gente opta tomar un vino de mayor valor, de mejor calidad y más elaborado. Eso creo que se da también por el esfuerzo comunicativo de las bodegas y de los referentes en cada región”, afirmó Pablo Pérez, representante de Bodegas Lagarde y Bodegas Escorihuela Gascón en Misiones.

Advirtió que desde hace dos años se evidencia un gran crecimiento en la demanda y el desarrollo, de los vinos rosados y espumantes. 

“La gente que clásicamente se volcaba a los vinos tintos amplió un poco más el paladar. Esto, especialmente en esta región, es muy bueno porque se le da la posibilidad de disfrutar vinos más frescos, sin tanta estructura cuya experiencia de consumo por ahí se dificulta en lugares de altas temperaturas”, explicó.

El experto notó también un paulatino incremento en la búsqueda de las nuevas etiquetas. “Hoy no hay fidelización a una marca sino que constantemente el consumidor busca nuevas experiencias”, sostuvo.

Pérez rescató además el trabajo de la figura del conocido sommelier a quien describió como “el embajador entre la bodega y el consumidor final”. 

“El desafío de los comunicadores del vino es simplificar el discurso. No hacerlo demasiado técnico, la idea es que lo que comunicamos sea una experiencia. El vino es una materia viva, es una producción orgánica, natural, es parte de nuestros suelos, de nuestras provincias y está bueno comunicarlo así, sin tanta confusión técnica, y llegar con nuevas propuestas a los consumidores”, señaló.

Exportaciones

El vino argentino también se ha ganado un lugar en las góndolas del mundo. Actualmente el país es el quinto exportador de este producto.

El pico de ventas en el exterior lo alcanzó en 2015, cuando las operaciones fueron por 1.000 millones de dólares. Sus principales mercados son Estados Unidos, Gran Bretaña, Brasil, Canadá y los Países Bajos, de acuerdo a los datos publicados por Caucasia, una empresa de información de este sector.

“El vino argentino más vendido en el mundo es el malbec, que si bien es originario de Francia, se ha constituido en la variedad emblema de la Argentina y causa furor que hasta hoy persiste. El país tiene un correlato bueno de exportaciones, tiene un mercado exterior con buen desarrollo desde hace varios años. El desafío es lograr mejores vinos, conquistar nuevos mercados, darle continuidad y seriedad a la producción”, precisó Pablo Pérez.

Contó que antiguamente Argentina tenía un mercado cautivo a nivel interno por lo cual “había poco saldo para exportar”. 

“Ya desde hace dos décadas aproximadamente esto no sucede más, así que está bueno ir generando nuevos mercados extranjeros donde posicionar nuestro vino argentino”, apuntó.
En consecuencia, y siguiendo una tendencia a nivel mundial, presentó en esta oportunidad en la provincia de Misiones el vino orgánico de Bodegas Escorihuela Gascón cuya característica principal es el énfasis que se pone en el cuidado del suelo y del medio ambiente. 

“Es un desarrollo nuevo, la etiqueta tiene casi dos años de creación y es muy nueva en el mercado. Aparece junto con otras bodegas en medio del esfuerzo y la concientización que se está dando a nivel mundial en el cuidado y la sustentabilidad del suelo para las futuras generaciones”, detalló.

Indicó que los vinos orgánicos son  un producto muy valorado en el exterior, aunque no todavía en el país.

“En Argentina el consumidor todavía no valora el vino orgánico como en otros países. Poco a poco vamos tomando conciencia de que es el único camino a recorrer para poder disfrutar de vinos hoy y dentro de 100 0 200 años. En definitiva los vinos surgen del viñedo y si cuidamos el viñedo vamos a tener buenos vinos por siempre”, señaló Pérez.

Fuente: Primera Edición

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