Finca Las Antípodas, el desafío de hacer vino en la pampa húmeda



La producción de vinos se expande y cada vez son más los que se animan a instalar su viñedo.  Viendo el mapa del país, actualmente la vitivinicultura está recostada sobre el oeste argentino, a unos 4.000 a 5.000 metros promedio de altura, desde la provincia de Jujuy hasta Chubut.

Los emprendimientos, en este contexto, se van sumando, en algunos casos de manera aislada y en otros no tanto. En la provincia de La Pampa, por ejemplo, desde hace un tiempo de produce vino. Y en la provincia de Buenos Aires misma, en la ciudad de Tandil precisamente, también se trabaja sobre un emprendimiento de características similares.

Diferencias al margen, Junín, al igual otros espacios geográficos, tiene su propio viñedo. Se trata de un predio de seis hectáreas, de las cuales sólo una pequeña parte está  plantada. En total hay unas 1.400 plantas, entre Malbec, petit Verdot y Cabernet Franc.

“El proyecto surgió de una idea entre amigos, amantes del vino y con ganas de hacer algo distinto. Somos dos socios, Juan Pablo Richelmini y yo”, cuenta Mariano Tessone, uno de los pilares del emprendimiento conocido como Finca Las Antípodas.

Desde el comienzo, en julio del año 2013, a Tessone y Richelmini los orienta Eno.Rolland, la empresa de asesoramiento de viñedos y bodegas de Michelle Rolland, un enólogo francés reconocido en todo el mundo. “De nuestro proyecto se ocupa su directora Gabriela Celeste”, amplía el juninense.
Los condicionamientos, o limitaciones, no son temas menores si se tiene en cuenta la ubicación de nuestra ciudad en el mapa nacional. Y en ese punto Tessone reconoce “varios”, los cuales tornan al emprendimiento casi en una aventura.

“La humedad y la cantidad de lluvias son perjudiciales para la uva debido a que les genera enfermedades. También  tenemos problemas con los pájaros y las hormigas. Sin embargo, lo más grave son las derivas de las aplicaciones de 2.4 D de nuestros vecinos. Ese producto principalmente afecta muchísimo a la planta, deformándola y afectando al fruto. De a poco estamos aprendiendo a superar cada uno esos obstáculos. Igual no nos desanimamos, sabíamos que era difícil”, enumera.

“¿Qué tipo de vino podría producirse en Junín? Intentamos hacer un vino de calidad, de media gama probablemente. La dificultad es que la uva llegue en buenas condiciones (sin pudrirse, sin que la coman los pájaros, las abejas) a marzo, cuando llega a su madurez y al punto justo de azúcar. Este año venimos bien, pero falta un mes y medio”, relata seguidamente.

Y va un poco más allá pensando en el futuro: “A corto plazo quisiéramos hacer un vino razonable con nuestra uva, por ahora estamos haciendo vino (ya hicimos 2) con uva de Mendoza, para aprender. No es fácil hacer vino, más en nuestras condiciones, ya que aún no tenemos máquinas y tanques adecuados. En el largo plazo, si se cumple el primer objetivo, nos gustaría ampliar la superficie plantada y hacer algún proyecto paralelo, probablemente relacionado con el turismo”.

Abiertos al público. La finca desarrolla una vida social que no muchos conocen.  “Hace un tiempo que hacemos eventos relacionados con el vino y la gastronomía. A veces con algún espectáculo musical también y/o con un sommelier. No son en general degustaciones técnicas sino encuentros sociales donde se le presta un poco de atención al vino y se prueban nuevas cosas. Los hacemos aproximadamente una vez al mes y son abiertos al público. El próximo es el 17 de febrero que festejamos el día de los enamorados, con los vinos de CarinaE y el servicio de catering de Karina Palioff”, recomienda Tessone.
Quienes todavía no conocen Las Antípodas pueden visitar la fan page de Facebook Finca Las Antípodas II y allí dejar mensajes o consultas. Se trata de todo un desafío para quienes gustan del vino.

Fuente: Diario La Verdad de Junín

Comentarios